Aunamos estos tres problemas, aparentemente diferentes, porque existe en muchos casos una causa común que lo provoca y está relacionada con la mineralización y su déficit. Los minerales son nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo pero que no pueden ser sintetizados por éste.
En su forma natural los minerales son inorgánicos, pero en las plantas, se combinan con moléculas orgánicas, facilitando así su absorción por ello son las principales fuentes de minerales pues los extraen de la tierra y los incorporan a sus tejidos.
Vegetales, legumbres, frutas, semillas y nueces, son pues las principales fuentes de minerales.
Existen más de
veinte minerales necesarios al organismo, cada uno de ellos cumpliendo una función específica. Los minerales tienen que ver con
la salud de los huesos, dientes,
uñas y
cabello. Son necesarios para la síntesis de hormonas, la elaboración de tejidos y actúan como reguladores de la actividad muscular,
nerviosa y de los fluidos corporales. Son también necesarios en la mayoría de las reacciones químicas en las que intervienen los enzimas.
De acuerdo a la necesidad que el organismo tiene de ellos, los minerales se clasifican en minerales mayores o macrominerales y menores o microminerales, los cuales se miden en miligramos (milésimas de gramo). El primer grupo engloba aquellos cuyo requerimiento es mayor a los 100 mg. diarios, siendo los más importantes el Potasio, Calcio, Sodio, Fósforo, Magnesio y Azufre. El segundo grupo son los que tienen un requerimiento menor a 100 mg diarios. Entre ellos los más importantes son: el Hierro, Yodo, Cobre, Zinc, Cromo, Manganeso, Cobalto y Selenio.
El cabello y las uñas están compuestos de queratina, una proteína que endurece la epidermis para proteger al organismo de agresiones de agentes externos y contribuye a endurecerlos. Para que la queratina se forme con normalidad son indispensables ciertas vitaminas, sales minerales y aminoácidos azufrados.
La piel, el cabello y las uñas están en constante renovación y para ello necesitan un aporte continuado de nutrientes. Se sabe con certeza que el déficit de ciertas sustancias en la dieta ocasiona alteraciones en el crecimiento y en la apariencia. Los datos son elocuentes: cambiamos completamente nuestra piel cada 28 días, se calcula que una persona produce unos cien kilos de células de epidermis a lo largo de su vida. Cada año, la cabellera crece de media unos 125 mm y la barba del varón, 145 mm. Las uñas crecen a razón de medio milímetro por semana.
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