Los extractos son una parte de fitoterapia que consiste en la extracción de las propiedades de las plantas a través de una solución alcohólica (o con glicerina vegetal) obteniendo un concentrado de principios activos. Existen extractos secos y líquidos. Los secos se usan para elaborar pastillas, pastas. Son prácticas milenarias que tienen la ventaja de preservar la actividad de sus principios activos y su larga vida útil, generalmente de 1 a 3 años. Se pueden tomar añadiendo unas gotas al agua, infusiones, zumo o directamente.
La yemoterapia es otra parte de la fitoterapia que usa las propiedades de las yemas y de los brotes jóvenes de árboles y arbustos, recolectados el período clave de su ciclo de desarrollo natural.
Descubierta por el Dr. Pol Henry en los 50, la yemoterapia proviene de la palabra "gemma", "la yema" en latín. Conocida también como fitoembrioterapia por la acción terapéutica de los tejidos embrionarios vegetales.
Los extractos de yemas tienen propiedades beneficiosas que se ajustan a los procesos de larga duración. Según la planta de dónde se obtienen, las yemas poseen una concentración de principios activos característicos que se ajustan a cada área del organismo.
Los extractos de yemas realizan una acción en profundidad, protectora y reguladora de las diferentes funciones del organismo, así como sobre órganos precisos.
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